En estos tiempos en los que día tras días se superan récords en el precio de la luz, es normal que te preguntes quién es el verdadero culpable de que tu factura de luz siga creciendo sin medida mientras que tu consumo no lo hace. Te entendemos. Y, de hecho, es muy normal que te sientas así.

El sector de la electricidad puede parecer muy complejo porque hay tantos factores y conceptos relacionados con él que es normal que la gran mayoría se pierdan en él.

Aquí intentamos llamar las cosas por su nombre y explicarte de forma fácil todos los recovecos de tu factura de luz y del mercado eléctrico. Pensamos que si estás informad@ podrás tomar las mejores decisiones y ahorrar más cada mes, por eso hemos preparado este artículo para poner luz (nunca mejor dicho) a los culpables de que tengas miedo de ver tu próxima factura.

¿Qué factores influyen en el precio de la luz?

Empecemos por el principio. 

Dejando de lado los factores que tú puedes controlar (o sea, lo que tu consumes), hay varios otros factores que son externos y, por más que quieras, están fuera de tu control. 

Son los siguientes:

Hay épocas del año y horas del día en las que la mayoría de la población consume más electricidad de lo normal. Es lo que ocurre en los meses de invierno y verano, por ejemplo, cuando la gente usa más electricidad (calefacciones eléctricas, aires acondicionados, etc.) y hace que el precio de la luz suba. Puesto en otras palabras, y como en cualquier otro mercado, cuanto más demanda más caro es el precio.

Por otro lado -y no menos importante- en casos especiales como temporales de nieve o borrascas el precio de la luz también incrementa de forma muy importante, porque así también lo hace la demanda por parte de los consumidores. Es lo que ocurrió, por ejemplo, con la borrasca Filomena en enero de 2021.

Emitir CO2 a la atmósfera tiene un precio que, de hecho, ha ido incrementando en los últimos años. Si sólo usáramos energías renovables, reduciríamos la emisión de CO2 y ayudaríamos a que estos gastos disminuyeran hasta el punto en que no se vieran reflejados en la factura de luz. El gas natural, por ejemplo, es una de las que más CO2 emite.

Este es un tema polémico que cubriremos en más detalle en el siguiente punto, pero para hacerte un resumen inicial, la fuente a través de la que se obtiene la energía eléctrica tiene un impacto directo con el precio al que se vende.

Para ponerte un ejemplo, las energías renovables (y la energía nuclear, que no es renovable pero no consume combustibles) ofrecen energía a un precio muy bajo o prácticamente inexistente, sin embargo, no hay suficientes productores de energía renovables para satisfacer toda la demanda. Por eso, en temporadas altas, se debe recurrir a las energías no renovables para llenar ese cupo restante y necesario, y estos tipos de productores necesitan combustibles como gas, gasolina o carbón para producir energía.

Como imaginarás, si por alguna razón de cualquier índole el precio de alguno de estos combustibles sube, también lo hace el precio de la electricidad.

También afecta a los costes de producción la meteorología. Si hay poco sol o poco viento, los campos eólicos y fotovoltaicos no pueden producir la misma cantidad de energía, algo que hace que las energías no renovables deban cubrir más parte del pool, encareciendo así los precios.

¿Qué son los “beneficios caídos del cielo”?

Tal y como te explicábamos en el punto anterior, hay una cantidad de energía que debe producirse para satisfacer las necesidades de la población. En España, se anticipa la demanda eléctrica a diario dejando entrar primero aquellos productores de energía más baratos (es decir, las renovables y la nuclear). Como no hay suficiente energía renovable para cubrir toda la demanda, van entrando productores con tecnologías de producción más caras (no renovables), que deben pagar además los derechos de emisión de CO2.

Pues bien, todas las tecnologías que entran en el famoso pool eléctrico (es decir la suma total de toda la energía producida en España) percibirán lo mismo que la última tecnología necesaria para cubrir la demanda (llamada tecnología marginal). Con esto, los productores de energía renovable (es decir, los primeros que entran al pool), con costes de producción mucho más reducidos, perciben lo mismo por su energía que los que tienen costos mucho más elevados. A esta diferencia de precio se le llama “beneficios caídos del cielo”.

Estos beneficios caídos del cielo terminan recayendo principalmente en la energía nuclear, puesto que aporta casi un 25% de energía al pool, muy por encima de las energías renovables. Curiosamente, esas centrales nucleares pertenecen a los grandes holdings eléctricos, que se benefician enormemente de esta situación.

Los «beneficios caídos del cielo» favorecen principalmente a los productores de energía nuclear, cuyas centrales están gestionadas por las grandes compañías eléctricas

¿Entonces el verdadero culpable del incremento de precio de la luz es el Gobierno?

Sí y no. Hasta ahora sí lo era en cierta medida, puesto que no había ninguna ley que regulara estos beneficios caídos del cielo. 

Sin embargo, el Gobierno ya ha anunciado que quiere “corregir” este caso y redirigir esos ingresos de más a los consumidores, reduciendo hasta un 5% el importe de tu factura. Aunque esta medida tampoco es nueva, porque ya lo acordó el actual gobierno en su acuerdo de investidura (concretamente en la página 22 del mismo).

El mecanismo exacto de funcionamiento de este nuevo anteproyecto de ley no está aún claro, pero definitivamente hará que tu factura baje.

¿Y tu compañía de luz es culpable?

Las comercializadoras eléctricas (es decir, la compañía que factura tu consumo de luz) compran la electricidad a un precio y a partir de ahí deciden si añadir un margen a ese precio (suele ocurrir con las tarifas fijas) o no. 

En Chippio, por ejemplo, te ofrecemos la energía al precio que la compramos, por lo que por más que suba la luz nosotros ganamos lo mismo: 3,90€/mes de cuota mensual.

Por esto mismo, en nuestro caso no nos beneficiamos de que suba la luz porque no nos aporta más ingresos, al contrario, te perjudica a ti. Obviamente cuando los precios bajen también lo hará tu factura, y siempre sabrás que pagas el precio que tiene la energía sin márgenes añadidos, como los que añaden otras comercializadoras en las tarifas fijas para cubrir pérdidas potenciales.

De todos modos, las comercializadoras de luz añaden márgenes (o no) al precio de la luz, pero tampoco las hace culpables de que el precio de la energía suba.

Conclusión

El mayor culpable de la subida de la luz es la existencia de esos “beneficios caídos del cielo” que hacen que las empresas generadoras de energía que no consumen CO2 (es decir, las energías renovables y la energía nuclear, que al no usar combustibles fósiles no emite CO2), se beneficien del precio que marca el gas natural (que es principalmente la energía más cara), que debe pagar unos derechos de emisión de CO2 muy altos porque contamina. Esto hace que el precio de la luz se dispare. 

Esos beneficios no deberían repercutir en ellas, sino en tu factura, y eso mismo es en lo que el Gobierno está trabajando para aprobar como ley. Una vez la ley sea aprobada, el 90% de esos beneficios se aplicarán a reducir los gastos de la factura de luz de los consumidores, y el 10% restante a luchar contra la pobreza energética.